miércoles, 13 de agosto de 2014

La viejecita



Una viejecita fue un día al Banco del Comercio " Bancomer " llevando un bolso lleno hasta el tope de dinero en efectivo. Insistía ante la ventanilla, solicitando que quería hablar única y exclusivamente con el presidente del banco para abrir una cuenta de ahorros, para lo cual decía:
_  Comprenda usted, es mucho dinero. 
Después de mucho discutir, la llevaron ante el presidente del banco, respetando el concepto de que el cliente tiene siempre la razón. El presidente del banco inquirió:
_  ¿ Cual es la cantidad que desea ingresar ?. 
_  Pues dos millones de euros.
Automáticamente vació su bolso encima de la mesa. El presidente, naturalmente, sintió una gran curiosidad por saber de donde habría sacado la viejecita tanto dinero y le preguntó: 
_  Señora, me sorprende que lleve tanto dinero encima, por ser mucha cantidad, ¿ cómo lo ha conseguido ?
La viejecita contestó: 
_  Es simple, hago apuestas.
_ ¿ Apuestas ?,  ¿ qué tipo de apuestas ?, ¿ será todo legal, no ?
La viejecita contestó: 
_  Bueno, todo tipo de apuestas; por ejemplo le apuesto a usted 500 000 euros a que sus testículos son cuadrados.
El presidente soltó una carcajada y dijo:
_ Esa es una apuesta estúpida.... Usted nunca podrá ganar una apuesta de este tipo.
La viejecita lo desafió.
_  Bueno, ya le dije que hago apuestas, ¿ está dispuesto a aceptar mi apuesta ?
Respondió el Presidente
_ Por supuesto. Apuesto 500 000 euros a que mis testículos no son cuadrados.
La viejecita dijo:
_  De acuerdo entonces, pero como hay mucho dinero en juego, debo venir mañana a las diez de la mañana con mi abogado para que nos sirva de testigo.
El presidente, aceptó teniendo en cuenta que se apostaba dinero.
_  Por supuesto.
Aquella noche el presidente estaba muy nervioso por la apuesta. Pasó largo tiempo mirándose sus pelotas en el espejo; volviéndose de un lado para otro, una y otra vez. Se hizo un riguroso examen y quedó absolutamente convencido de que sus pelotas no eran cuadradas y que ganaría la apuesta.
 A la mañana siguiente a las diez en punto, la viejecita apareció con su abogado en la oficina del presidente. Hizo las pertinentes presentaciones y repitió la apuesta de 500 000 euros a que las pelotas del presidente eran cuadradas.
El presidente aceptó nuevamente la apuesta y la viejecita le pidió que se bajara los pantalones para mostrar sus pelotas. El presidente se bajó los pantalones y la viejecita se acercó y miró sus pelotas detenidamente, le preguntó tímidamente si las podía tocar; expresando:
_ Tenga usted en cuenta que es mucho dinero y debo cerciorarme. 
El presidente se quedó muy cortado pero tuvo que aceptar.
_ Bien de acuerdo. 500 000 euros es mucho dinero y comprendo que quiera estar absolútamente segura.
La viejecita se acercó al presidente y agarrándole empezó a palpar sus bolas; en ese momento el presidente se dió cuenta de que el abogado estaba golpeándose la cabeza contra la pared.
El presidente preguntó a la vieja:
_  ¿ Y ahora qué le pasa a su abogado ?
_ Nada, sólo que he apostado con él 1 000 000 de euros a que hoy a las diez de la mañana tendría las pelotas del presidente de " Bancomer " en mis manos.

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