sábado, 28 de febrero de 2015

La sordera


Un tío que va al otorrinolaringólogo, mire doctor vengo porque tengo un problema.
_ ¿ Qué le ocurre ?
_ Que mi esposa está sorda, no oye muy bien.
_ Y ¿ dónde está su esposa ?
_ Aquí está el problema doctor, que no quiere venir, que dice que son manías mías, que yo estoy loco, que ella está bien.
_ Pero si no me trae a su esposa, ¿ cómo quiere que le haga un diagnóstico ?
_ Doctor, piense algo, porque estamos a punto de separarnos y yo la quiero mucho y no desearía perderla.
_ Mire..., no sé,... lo único que se me ocurre es que cuando usted llegue a casa la llama por su nombre y la va llamando mientras se acerca hasta que le oiga y cuando le conteste, mide la distancia que hay entre usted y ella y así podré saber el grado de sordera que padece.
_ ¡ Gracias doctor, ha salvado usted un matrimonio !
El tipo llega a casa y nada más abrir la puerta grita: 
_ AMPARO...
silencio.
Pasa al recibidor y vuelve a gritar: 
_ AMPARO....
Nada.
Desde el pasillo de nuevo: 
_ ¡¡ AMPARO !!... 
Nada.
Entra en el salón e insiste: 
_ ¡¡¡ AMPARO !!!... 
Silencio total.
Por fin entra en la cocina, la mujer estaba preparando un guiso y se coloca a la espalda de ella, a un palmo del cogote y la grita:
_ ¡¡¡¡¡ AMPARO !!!!!
Y ella:
_ ¿ Que coño quieres ?,  ¡¡¡ te he contestado ya cuatro veces, hombre !!!

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